viernes, 22 de abril de 2011

Es la muerte disfrazada de nudo ligero sobre la garganta

Sí, este es un deseo condensado entre la armonía de lo intermitente,
Es una sonrisa banal pero encantadora,
Un susurro fuerte,
Un desaparecer infinito, que en cuanto se pierda tendrá fin,
Es entonces uno de esos deseos inaudibles que terminan escuchándose en cualquier eco.

No se le llama soledad a esto,
Se le llama compañía y  es menos gratificante que los euros gratis,
No se le designa un algo, porque es innombrable, inexistente.
No se le define porque el surrealismo al que se asemeja jamás cubrirá la tesis,
Ni divulgara lo que no es.

Las mañanas no han dejado de tener ese leve olor a pasado,
Un viejo refrán que de seguro ya he olvidado entre esas canciones rotas
Que se cosen temprano a mis pulmones,
Que hacen conmigo un solo gritico al unisonó de los tacones de las secretarias,
Porque soy la mitad que nunca tendrán, el vacio de lo inexorable.

Baila conmigo, solo conmigo, aquí sobre un desaparecido monstruo lacrimógeno,
Ven acá cariño, esta es la guerra entre mis piernas y tu pecho,
Entre la ambición latente y un solo de guitarra lleno de sudores,
Entre el error de ortografía y la tilde sobre la “o” de corazón.

He sido mil veces atacada por este abrupto sentimiento,
Por este ensoñarse ponzoñoso de no poder detener mis dedos sobre las teclas,
La pluma sobre el papel, las palabras sobre el polvo azul del universo,
Por estas ganas de llorar, de reír, de orgasmo, vomito, grito, beso…
Eh perdido la respiración más de una vez sin percatarme
De ello hasta que el sentimiento me abandona
Y las lagrimas de oxigeno hibrido se agolpan
Sobre esta garganta que no ha tragado lo suficiente, que aun no ha llorado
Ni escupido esa saliva grumosa y escabrosa sobre la que es imposible deslizarse sin caer.

Y he sido yo, participe de mis propios abandonos a voluntad,
De mi opresión en el pecho, de mi despertar continuo
En este sueño delicioso que en ocasiones no hace más que mantenerme dormida.

Ahora mismo el breve acto de respirar es cada vez más tedioso y significativo.

11:27 am cielo gris, nube extasiada,
Infierno ardiendo sobre las obras de la ciudad y el asfalto,
Intento recordar palabras que están justo en la línea divisoria de mi cerebro y mi lengua
Pero antes de ser pronunciadas parecen no existir,
Y me dejan ese sin sabor nada amargo de poder recordar este olvido.

He sentido que se me estalla el alma,
Que tengo alas, que fumo tabacos ácidos,
Bebo vinos insensatos,
He sentido que si lo que escribo se leyera lentamente seria un agravio
Hacia la intencionalidad morbosa de no tener intención alguna.

No se le llama a esto ardor, ni deseo, ni vida,
No se le llama a esto maravilla, ni basura,
Pretender que esto tenga un nombre seria una proeza bizarra y derrocadora
De cualquier tentativa de vivir o intentar hacerlo.

Esta presión en la frente no es justamente la sinusitis,
Es el renacer automático de un vomito verbal,
Un desenfreno de palabras hilarantes
A las que intento hallar una sucesión, un orden aristocrático intangible.
Porque este sentimiento nada anegado a la realidad,
No es un sentimiento.
Es...
Es...
Es...
Es la muerte disfrazada de nudo ligero sobre la garganta.

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