jueves, 15 de noviembre de 2012

A René: en la distancia - José Luis Moreno del Toro

Te busqué
en el recuerdo
de un cajón de limpiabotas
en un año de hambre
y en un día sin juguetes
con una tarjeta de Merry Christmas.

En unas sucias manecitas
buscando centavos
a la puerta del paraíso
de un templo de mercaderes.

En un hospital sin camas
y en un coro infantil
de los diarios de cada mañana.

Te busqué
en el llanto de los harapos
y en las disputas del pan
con los zopilotes del Alcahualinca.

Te busqué
al final de un arco iris
en el cofre de un pirata
y en el libro azul de los poemas
en la fiesta del palacio de caramelos
en la corona de una hada
y en el saco de un gnomo.

Ahora
apareces
dentro de un sobre
timbrado en La Habana
con un beso pre-escolar
y tu pañoleta de cielo.


domingo, 28 de octubre de 2012

La herida que respira


Creo en la Ballena lesionada respirando por la herida.


Vi el demonio de un Rimbaud lastimado, Cojeando, Rimbaud con piojos respirando por la herida, hablándome en arameo con los ojos cerrados y los puños abiertos, esperando debajo de la guerra de los mil ciempiés. La presunción de que dos ojos siguen mi alma, El espíritu ermitaño, la palabra misógina encerrada en una jaula, misantropía enternecedora.

Soñé un viaje ardiente donde todos sudaban hasta quedarse pegados a sus asientos, verdaderamente violento con cirqueros y señoritas llenas de maletas y bloqueador solar inservible en esas condiciones de fundición, un viajecito donde todos reían rehundidos unos en otros. Los hombres son engañados mientras duermen pensando que a veces el sol ronda muy de cerca los corazones desnudos, pensando, hasta ahogarse, hasta la asfixia. Sístole, diástole; el pájaro azul descansando en medio de  las cervezas, está dentro atrapado, como en los sueños de los borrachos, atrapado como los adolescentes haciendo el amor en el campo, lejos del oprobio, la más sincera sumisión del cuerpo, Bukowski llorando, tachando los días en el calendario, respirando por la herida.

Vi arder el pulmón de un árbol de la vida, se quemo la libertad, vi arder mi conciencia, los santos incendiados de cabeza en medio de la multitud de fieles, los santos con las manos martilladas. Leopoldo María y su imaginario de piel roja, resistencia bajo el sol y la carne dura, la piel tensa e impenetrable, deseo de ser piel roja, hacer como Paneros y pasarse toda una vida buscando el sonido de los tambores, esperando a Sitting Bull debajo de un baobab desproporcional mientras a lo lejos se escucha todavía el jadeo de su danza,  Leopoldo respirando por la herida, gritando desesperado junto al pasto seco y la arena mojada.



Creo en los niños corriendo por el patio, gritando frente al espejo, enrollándose en las cortinas, salvando patria por el gordo, yo siempre salve patria por el gordo, yo siempre lo quise,  no pretendo decir que nunca vayamos a crecer pero mamá me ha doblado toda la ropa esta mañana y me ha dejado una nota que dice “Pórtate bien”, ¡oh! puedo sentir todavía la mano en la espalda consolándome y abrazándome, las montañas amarillas cayéndose dentro de mi sueño, los niños gritando alrededor mientras bailamos borrachos, unos chicos desangrándose en un balcón  haciendo figuras con las gotas de sangre que caen desde el quinto piso sobre el techo azul de la casa vecina, Picasso organizando sus cuadros, Picasso poniendo el Guernica con un imán sobre la nevera he instituyendo el orden en medio de las bombas. No más, no más el sueño, no más pesadillas, no, no mas despertar solos, no más, nunca más despertar solos.



Ballena pálida que respira por la herida y gira dentro de su propio océano con lucecitas en la bahía, con el humano que le acaricia las averías, que le atraviesa el arpón del tiempo, ballenas muriendo en la tranquila vejez de quien se arroja al vacio y no deja de caer nunca, y pasan los años y no hay fondo, la ballena sigue cayendo mientras le sale agua tibia por la herida que dios le dejo como disculpa por la tardanza de los deseos, ballena lesionada respirando por la herida. El poeta no conoce de newton si no el nombre y la liviandad del vuelo, el poeta no es poeta en realidad, el poeta no traduce, el poeta es una ballena herida de muerte a quien se le promete la felicidad y luego de que se le concede el milagro se calla, se retuerce,  el poeta no existe, riega humo dentro de sí mismo y los otros, se dona como comida para los perros asesinos en medio de la selva, ahí donde nadie puede inmolarlo, se regala como una ofrenda delante del cielo. Creo solo en la ballena lesionada respirando por la herida, creo solo en los poemas, en los niños que empujan a la ballena al océano, en el mar que nos trago a todos, solamente creo en la herida que respira.






miércoles, 24 de octubre de 2012

MY BODY IS A CAGE




Hay un perro perdido en la mitad del áfrica, salvaje y misógino va corriendo con la lengua afuera, ballenas que al despertar han grabado más de 20 discos y son aclamadas por los maestros de yoga y las madres descalzas que se visten con pantalones blancos 100% Cotton y castigan con barita de la corrección, gente que despierta y se da cuenta que es Susan Boyle, que no puede evitar ser rara y adorable. La gente está muy libre, sí, ignora la jaula, la gente está libre porque dentro de sus pequeños castillos  de metal ha hecho un mundo en el que vive tranquila.

Mi corazón está atrapado sin salida en mi cuerpo, yo soy el pájaro azul dentro de mí misma, mi cuerpo es una jaula, soy mi propio pájaro azul, no me dejo salir y me hecho whisky y me llega el humo de las putas y los camareros, nunca se dan cuenta que estoy ahí dentro, algunas noches salgo mientras todos duermen, fuera de mí no se llora, ¿Lloro yo?



“¿Supongo que serán traficantes en cerdos? (…) He oído decir que traficar en cerdos era en América la profesión más lucrativa, después de la política”



miércoles, 3 de octubre de 2012

Los Amorosos - Jaime Sabines



Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.

Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.

Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.

Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.

Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la oscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando,
la hermosa vida.




domingo, 23 de septiembre de 2012

Catalepsia







La vida fue un pequeño limbo suspendido en el tiempo; uno en el que no concebiste la mirada amable del prójimo, se me dijo que guardara la fe, eso hice, la puse en un cajón y cerré con llave para que no saliera a cometer alguna estupidez. Conservo la fe, ahí dentro con las otras cosas inusuales que no me competen, a algunos nos han arrancado el corazón, pero de todos modos con el agujero que nos quedo quisimos hacer una especie de rito, elevar un mantra, inclusive los que dijimos ser creyentes de los que no obligan a dios a hacer milagros, lo maldijimos, aunque antes hubiéramos sentido lastima  por él. El señor te ha hecho a imagen y semejanza suya, pero te ha dado libre albedrío, él no lo tiene, el está obligado a vivir allá arriba con un aburrido coro de ángeles que ni siquiera lo cansan, él no puede huir, él está atrapado en su divinidad, en su gobierno ineficiente. Perdón señor, perdón por blasfemar, perdón por haber querido obligarte a obrar milagrosamente en mi país, perdón señor, perdón por culparte de mi esperanza, por hacerte victima de mi humanidad.

I

Ella dice que recuerda los espacios abiertos, su vieja casa llena de inútiles objetos y enormes salas vacías, era una buena niña, recuerdo cuando quería ser bailarina y llamaba a su papá desde un teléfono de plástico para rendir cuentas sobre las visitas en casa de la abuela. Una noche contando estrellas desde la ventana ella dijo que creía que éramos  alienígenas  y que algún día llegaríamos a conquistar otro planeta donde nos esperaban con miedo. Yo estuve casi seguro de que seria así, de que nuestros hombres sociópatas llegarían con armas de avanzada a conquistar planetas llenos de caníbales ponzoñosos y esbeltos que querrían comernos pero al primer intento por destrozar los trajes espaciales irrompibles de los astronautas blancos con enormes cabezas de pecera oscura, serian abaleados, salvajes y libertinos caníbales con otras formas que no conocemos, que cuentan con figuras y suman letras. 



Muerte y Fama

Cuando yo muera
me da igual lo que pase con mi cuerpo
si lanzan las cenizas al aire, las dispersan en el
este del Río
o las entierran en una urna en Elizabeth, New
Jersey, cementerio B'nai Israel
Pero quiero un gran funeral
Catedral de San Patricio, iglesia de San
Marcos, la mayor sinagoga de Manhattan
Primero, está la familia, hermano, sobrinos,
activa madrastra Edith de 96 años de edad, tía
Honey la del viejo Newark,
Doctor Joel, primo Mindy, tuerto y uniorejudo
hermano Gene, rubia cuñada Connie, cinco
sobrinos, hermanastros & hermanastras, sus
nietos,
compañero Peter Orlovsky, celadores
Rosenthal & Hale, Bill Morgan...
Luego, el espíritu del Maestro Trungpa
Vajracharya, y están Gelck Rinpoche, Sakyong
Mipham, Dalai Lama alerta, posible visitante de
Norteamérica
Salchitananda Swani Shivananda, Deborahava
Baba, Karmapa XVI, Dudjon Rinpoche, fantasmas
de Katagari & Suzuki
Baker; Whalen, Daido Loorie, Qwong, frágil y
de pelo blanco Kapleau Roshis, Lama Tarchin...
Después los más importantes, amantes de todo
un medio siglo
Docenas, un centenar, más, colegas mayores
calvos & ricos
jóvenes conocidos recientemente desnudos en
la cama, multitudes sorprendidas de verse unas a
otras,
innumerables íntimos, intercambiando
recuerdos
"Él me enseñó a meditar, ahora soy un antiguo
veterano del retiro de los mil días..."
"Yo toqué música en los andenes del metro,
soy hetero pero le quise y me quiso"
"A los 19 sentí que me quería más que nadie nunca"
"Nos tumbamos bajo mantas, cotilleos, leyó
poemas míos, abrazos & besos tripa contra tripa,
brazos alrededor uno del otro"
"Yo siempre me meto en la cama con ropa
interior & por la mañana los calzoncillos
estaban en el suelo"
"Los japoneses siempre querían que me
enrollara con un maestro"
"Hablamos la noche entera de Kerouac &
Cassidy sentados como Budas, luego dormimos
en su cama de capitán"
"Parecía necesitar mucho afecto, una pena
no hacerle feliz"
"Antes nunca estuve en la cama desnudo con
nadie, fue tan cariñoso, el estómago
se me estremeció cuando deslizó el dedo por
mi abdomen de pezones a caderas..."
"Lo único que hice fue estar tumbado con los
ojos cerrados, él hizo que me corriera con la
boca & los dedos deslizándose por la cintura"
"Me hizo una mamada maravillosa"
Así son las conversaciones de amantes de 1946,
el espíritu de Neal Cassidy mezclándose
con carne y sangre de la juventud de 1997
y sorpresa: "¿También tú? ¡Si yo creía que eras hetero!"
"Lo soy, pero Ginsberg fue una excepción,
por algún motivo me gustó"
"Olvidé si yo era hetero, gay, loca o divertido,
era yo mismo tierno y cariñoso para que me
besen la coronilla,
la frente, garganta, corazón & plexo solar,
en pleno vientre, en la polla me dio mucho placer
con la lengua en el culo"
"Me encantaba el modo en que recitaba:
"Pero a mi espalda siempre oigo el carruaje alado
del tiempo que se apresura acercándose", manos
juntas, ojo en el ojo, en la almohada..."
Entre amantes, una hermosa juventud que
ofrece el trasero
"Yo asistí a sus clases de poesía, era chaval de
17 años, hice algunos recados hasta su piso
sin ascensor,
me sedujo y no quería, hizo que me corriera,
fui a casa, nunca le volví a ver, nunca quise..."
"No se podía levantar pero me quería",
"Un viejo limpio",
"Se aseguró de que yo me corriera antes"
Esta es la multitud más orgullosa sorprendida
en el lugar de honor de la ceremonia...
Luego poetas & músicos -bandas grunge de
universitarios-
envejecidas estrellas del rock, Beatles,
fieles guitarras que acompañan directores gay de música clásica,
desconocidos compositores de jazz muy pasado,
trompetistas funky, bajos con arco & trompas, genios negros,
cantantes de folk, violines, con dobro, pandereta, armónica, mandolina,
arpa de boca, silbatos y zazoos
Después artistas italianos realistas románticos
educados en los años 60 en la India, pintores-poetas
toscanos, los últimos fauves, dibujantes
clásicos de Massachusetts, diablillos surrealistas
casados con mujeres del continente, pobreza,
cuadernos de dibujo, maestros de escayola, óleo,
acuarela de las provincias norteamericanas.
Luego profesores de instituto, solitarios
bibliotecarios irlandeses, delicados bibliófilos,
tropas de liberación sexual, mejor dicho ejércitos,
damas de uno y otro sexo.
"Le vi docenas de veces y nunca recordaba mi
nombre, de todos modos le quería, un auténtico
artista"
"Un ataque de nervios después de la menopausia,
el humor de su poesía me salvó del suicidio"
"Charmant, un genio de modales modestos,
fregaba los platos, estuvo invitado una semana
en mi estudio de Budapest"
Miles de lectores, "Aullido me cambió la vida
en Libertyville, Illinois"
"Le vi leer en Montclair State Reacher College
y decidí ser poeta..."
"Me enganchó, empecé con rock de garaje
cantando canciones en Kansas City"
"Kaddish me hizo llorar por mí mismo y por
mi padre que vivía en Nevada City"
"Padre Muerte me consoló cuando mi
hermana murió en Boston, en 1982"
"Leí lo que dijo en una revista, me puso
en órbita, comprendí que por ahí había otros como
yo"
Bardos sordos & mudos firmando brillantes
gestos con la mano
Luego periodistas, secretarias de editores,
agentes, retratistas y aficionados a la fotografía,
críticos de rock, trabajadores culturales
historiadores de la cultura vienen a presenciar el
histórico funeral
Super-fans, poetastros, beatniks de
edad madura & seguidores fieles de los Grateful Dead,
cazadores de autógrafos, distinguidos paparazzi,
mirones inteligentes
Todos saben que fueron parte de la "Historia"
exceptuados los muertos que nunca supieron
lo que pasaba exactamente
ni siquiera cuando yo estaba vivo.

-Allen Ginsberg-







"En tu isla, oh Venus,
no encontré en mi viaje más que un patíbulo simbólico
donde colgaba mi imagen...
-¡Oh Señor! Dame la fuerza y el coraje
¡de contemplar mi cuerpo y mi alma sin asco!"

Baudelaire.

martes, 18 de septiembre de 2012

Poema en seis pasos.


I

Deseo de carne entera hundir la piel
Con rasguños de aire,
Hundirla entre los relámpagos asustados
Que lanzan los alienígenas inocentes
Extraños seres que aparecen cuando viene amaneciendo
Y tocan a veces a las mujeres o a los gatos
Y las hacen soñar mojado,
Y los gatos gritan en los tejados y chillan.

Sé que hemos visto antes el milagro,
El ángel rubio con la piel helada,
Un viento larguísimo que se metió dentro de nuestros abrigos
Y nos toco,
Esa brisa grosera que vino sobre mi pecho,
Entró a desordenarlo
Reconfiguro mi aire, suprimió de mi el pecado, el oprobio,
Me cambio por una extraña mujer a la que
No recuerdo ni conozco.

La piedra quieta,
El animal de soplo autónomo
Colado en los cabellos diminutos de tu sol.

II

Si hubiera algo que quisiera decirte
No serian palabras,
soy como el barco herido que corre a la marea
Que se arrastra en las olas
El barco que se sumerge en el
Cielo límpido, grasoso, tremendamente contagiado.
El barco ebrio de Rimbaud.

Ojala escucharas las sirenas que te gritan:
¡Amor!
Baja de tu cielo estúpido y cae por lo que más quieras en la roca de este sueño
Desgástate, todo; la garganta, el corazón, los pulmones,
No te queremos atado al barco si no en el fondo.

III

He conocido pequeños niños
Que sangran casi como si fueran reales
Y con rugidos de espanto invocan el eco
De las madres que nos han abandonado a la deriva
Las que nos han amado, tantas madres siempre
Y pequeños paisajes de la niñez
Cuartos llenos de luz, lugares que yo extraño, que extrañamos
Y las escaleras largas errantes de alturas desiguales
Hechas para cansar nuestros píes y hacernos retroceder,
Hechas para delimitar  el aullido de los niños lobo
Perfectamente contagiados.

No es posible la decadencia
Allí donde no sé vive,
Cuantas veces quisiera estrellar en ti
Cualquier velocidad de pájaro ciego,
Volar a tu alrededor como presintiendo tu muerte,
Tu partida esta vez absoluta, que yo entiendo
Que me pesa mucho, porque el corazón lo tengo lleno de piedras.


IV

A veces despierto con la boca enrojecida
Miel en los parpados,
A veces cantando un montón de grillitos locos.

V

Te he llamado huella cóncava,
Mirada circular,
Como vas a ser tan benigno si te traemos
Desde la terraza de los edificios volando por
Entre los aeroplanos, las locomotoras de colores
Que cruzan el rio de cabeza para
Hacer que se te escurran
Algunos versos
Unos que pensaste milagrosos,
Que no quemaste,
Unos poemas más duros que el alma
Más secos que la ternura y los naranjos de los tangos.

Retráete,
Nos damos ganas de cantar,
Retráete,
Una vez descubrí  que tenías un poema en la palma de la mano
Y cuando quise tomarlo,
Lo aventaste en mi cara y entendí
Que no había ningún verso tuyo capaz de tocarme,
Que no había versos si no de aurora boreal despeinada,
Versos que romperán tus huesos y sacaran de ti
Todo lo que te pudre y lo que te hace santo,
Que te meterán de cabeza en el pozo
Y sostendrán tus pies con palabras
Hasta convertirte en un péndulo de latidos inseguros.

No creas en la verdad a la madrugada,
Profetiza de la verdad que se fabrica a medio día
Y se falsea el resto de la existencia.

VI

Declaré sobre ti siempre un mismo zumbido,
Conociendo de nombre todos los dioses en los que hemos creído,
El hombre vagabundea entre sí mismo y un desierto largo,
¿Quién viajaría con Rufo sabiendo de antemano el horror?
A dónde van los superhéroes muertos y las historias mal contadas
Dónde se deben coleccionar las antologías
Acerca de patos y pececitos que no lloran,
Cómo puedo guardar un perro rabioso
En la cajita; universo hecho caramelo,
Una estrella está rodeada de azúcar,
Una estrella lejos de mi se vuelve de tiempo completo
Un pastelillo espacial,
No todos los perros van al cielo,
No todas las cometas se entierran en la electricidad
Y se pierden para siempre de la mano sucia.

Deseo de mente completa poder hundir
Tus profundidades en las mías
Y así ver el abismo, la luz,
El hasta mañana,
Te beso.

martes, 14 de agosto de 2012

Les Diables




Erase una vez yo en el quinto grado, donde hacía calor todos los días, ya no quería ir más a la escuela y me gustaban las películas de fin de semana, en esos días solo era posible emplear la tarde de sábado caminando con papá o pasando canales hasta encontrar la repetición muy seguida de Les Diables en el canal de cine sin propagandas, cada vez que aparecía la película yo me sentía bendita, era incapaz de ir al baño, me aguantaba hasta el final y corría, no podía ir a  buscar la cobija de cuadros, aguantaba frio mientras los niños huían del sanatorio, me rompía la cabeza contra un vidrio y sangraba con las ventanas rotas, gritaba, decía groserías a los reos, le pedía a mamá que me trajera un paquete de galletas de chocolate y esperaba no morir en la pubertad, esperaba no perder la razón en la pubertad, esperaba no ser así tan feliz en la inocencia de la desnudez, no ser así tan feliz desde los malos modales, esperaba no gozar nunca con lo que mamá decía que estaba mal, esperaba no irme a dormir cuando el aviso de menores de catorce años en compañía de adultos responsables apareciera. 

A los diez años me gustaban las películas de fin de semana que mi padre calificaba como buenas, lo hacía a veces sin decir una palabra, por ejemplo cuando papá repetía la película más de tres veces era la señal; si él la veía con atención más de tres veces la película merecía la pena, luego de saber eso varios días después cuando la película volvía a aparecer en la pantalla de la televisión él trataba de hacerme una reseña, pero no se podía, era imposible reseñar así en medio del asombro primero, a mi padre le parecía increíble que Adèle Haenel padeciera autismo y no supiera otra cosa que hacer casas con pedazos de baldosa y vidrio, a mi padre le resultaba imposible que Adèle Haenel hiciera su papel y no fuera Adèle  nunca más si no Chloé. A veces me levanto y trato de recordar cosas que me parecen lejanas y perdidas. Erase una vez la historia del momento en el que uno recuerda otros sucesos anteriores a la memoria que no nos ha quitado el Alzheimer.

Yo requiero del encanto del recuerdo, para hacerlo patear piedras hoy, ¿quién soy yo sin mi recuerdo?, sigo siendo yo. No es por la necesidad si no por el capricho de buscar en mí aquello que nos ha lastimado a todos y otras cosas secretas y ahogadas en vasos de leche, otras cosas irremediables que me ocurrieron solo a mí, como el lunar nuevo que tengo hace un par de meses en la palma de la mano, o el ángel que vi a los siete años y no me dejo nunca perder la fe, cosas extrañas que no convergen con lo que yo creo que me ha lastimado, cosas extrañas que no convergen con nada pero son culpables de todo. Es el capricho de buscar en mí el castigo  y el amor. Comprobar que todos escuchamos alguna vez la gente loca que vendía leche de cabra por las calles, para comprobar que todos quisimos desenterrar babosas de entre la tierra y ponerlas en la silla de la profesora. Para convencerme de que todos tuvimos la misma vergüenza de crecer. Para que nadie me diga nada pero yo sepa que a los diez años ya nadie quería taparse los ojos cuando en la tele la gente hacia el amor, que a los diez años pensar en besar a los compañeritos era muy divertido, pero besarles en serio no tanto. Para saber si todos estuvimos tan perturbados en nuestra inocencia, si todos los días fueron tan febriles, si a todos nos advirtieron de los hombres terribles que regalaban dulces y se robaban a los niños malos.






lunes, 23 de julio de 2012

Patti Smith.






I am the body I am the stream
I am the wake of everything
They bring me flowers that are myself
Garlands of blood that are myself
Slain the lamb that is himself.


Soul, caníbal, ven aquí niña indecente, pequeña luz hecha de ámbar, tú no has soñado conmigo ni yo contigo pero te reproduzco a manera de cansancio, agotamiento andrógino, si yo te dijera cuantas veces hemos muerto distantes y nos ha parecido la cosecha inerte. Ven aquí cara pálida, acostada de espaldas, con tu trasero pequeño y redondo, y tus largas piernas que se balancean sobre el escenario como si bailaras en vez de volar, ven aquí que si es necesario yo te invoco, me despeino, me atolondro y gimo, por contracciones del destino tienes la pupila pequeña, y unas ojeras del tamaño de tú corazón herido, Patti, ven aquí niña limpia, bullicioso rasguño, elevación, tan carnal, esa piel tierna que puede ser aplastada por cualquier mano, si te llevara de paseo al rio las piedras te llenarían todo el cuerpo de moretones, no estás muerta, has envejecido y tu piel sigue siendo magullada por las manos endebles de tu publico patógeno y enloquecido, sufriente y aullador, enceguecido por el amor que te tienen, cada vez que gritas parece que una parte tuya se está yendo lejos, que la has dejado, que te la han robado, que la confieres a cualquier poder natural y debes estar muy llena porque gruñes inmenso. Creo contigo, mantengo la esperanza de que mi útero no sea profanado, mi voz no sea robada ni mi sudor subastado. Sigue cayéndote en los pómulos la cabellera larga, negra, rubia. Sé cansada, sé la voz de tu generación y el eco sagrado de la mía. Explota, célula.

sábado, 21 de julio de 2012

Temblor de cielo - Vicente Huidobro (Fragmento)



***
En medio de la catástrofe y de la confusión general, unos brazos más
poderosos que cien mares se apretaron en mi cuello.
—Isolda, Isolda, ¿eres tú?
—Cuántos años lejos el uno del otro.
—Se ha necesitado una hecatombe  semejante para volver a
encontrarnos.
—Tú, árbol de la sabiduría, con los ojos maduros en la puerta del
sueño y ese andar de elefante con pies de ídolo.
—Muéstrame los senos milenarios, tus senos del comienzo y del fin.
—Siempre esperando  la edad de  las maravillas como  la paloma
del mago.
—Dame a besar tus senos.
El ángel prisionero rompe sus cadenas y vuela en los aires
perseguido, en vano, por algunos fusiles inexpertos.
Poderosa y solitaria vuelve a caer la noche. Las serpientes iluminadas
de la tempestad corren a saltos en pos del ángel libertado imposible de
atrapar.
Isolda se aprieta a mí, se incrusta entre mis brazos.
En la fragua de los relámpagos se oyen los martillazos con que la
borrasca está labrando la corona para mi cabeza de rey.
¡Cuántos ciegos habrá hecho esta corona demasiado brillante!
Innumerables son los que al mirarla contemplan la última visión de
su vida. El precioso gigante que agoniza sobre el mar, sólo pide mirarla
para volver a la vida o morir tranquilo.
Son muchas las visiones grabadas en ella como en un friso. En ella
se ve el cuerpo de una mujer ardiendo en el incendio que se levanta
de sus propias carnes y no hay manera de apagar las llamas.
(...)






lunes, 2 de julio de 2012

Eras joven




Sueño con ellos, días seguidos, y me digo:
escribe sus nombres porque nos dejaran pronto,
de todos modos
I'm in love with your bother
escribe sus nombre para saber que
el miércoles soñaste con él.
el jueves soñaste con él.
el viernes soñaste con él.
el sábado a la tarde soñaste con él,
No hay nadie que sea siempre el mismo viento.

Recuerda soñar,
Now I'm looking for you or anyone like you,
Nadie dijo que las abejas zumban tan lejos,
nadie llamo a la puerta
cuando no estuve, y plutón
estuvo cercano amarrado a mi corazón
cayendo por entre todos los hombres
y sus palabras en pasado.

Habremos amado mientras nos sangran las narices,
habremos sacudido esta arena
incluso antes de la playa,
habremos visto el adiós, cuando decimos adiós.

Un coro de ancianas mudas escribe mi nombre sobre niños ciegos,
un caballo galopa sobre otras arenas,
Estas medusas viven en otros mares y,
cuando te invoco sale del espejo una tortuga
amarrada a mil globos de helio.

Arranca,
Now you're looking for me or anyone like me,
¿cuántos bailes al revés eres capaz de cometer?.

Eras joven y tu garganta estaba seca,
eras joven y tenias unos lindos pies,
Las aves de colores vivían en ti,
tú eras joven,
y tu poema tenía sentido,
y oír tus palabras costaba tanto como construir
una escalera que nos llevara hasta Dios.

Cuando eras joven ibas donde querías,
pero ahora que has envejecido
los jóvenes vendrán y,
te llevaran a lugares desconocidos a los que no quieres ir.
 
Sexo 2.0, tu piel era blanda
y el pelo se te pegaba a la cara,
tus palabras estaban enteras,
y jurabas eterna unidad
con esas mañanas que eran para siempre inmensas.





Una flor que grita
me contó el remiendo de tú corazón,
Tell'em that God's gonna cut'em down
me llamo cielo y escapo hacia adentro de ella misma.

Anoto sus nombres,
Uno, dos, tres, cuatro.
Cállate y entra bajo la falda,
baila que esta es mí fiesta
y no tenemos más invitados.